Si tiene sentido volver a lo vivido siempre que se haga como un reencuentro con lo hermoso y no como una práctica lacerante. Tengo un mundo de páginas manuscritas, de fotografías que quizá sólo vi una vez, de correos que intercambiamos durante mucho tiempo. Uno a uno los leeré y evocaré la delicia de esos momentos. Intensa vida compartida aunque tiempo y distancia siempre se empeñaron en marcar el ritmo. Ahora no es tarde, es buen tiempo de recapitular lugares, emociones, palabras no escritas y momentos que le dieron valor a lo vivido. Irrepetibles y por ello más valiosos.
Ahora mismo veo esta basta correspondencia y acabo de leer una de ellas.
No niego que me apachurra el corazón, me pregunto cuánto más pude hacer para que ese fuego no se apagara, sin embargo me respondo que lo cotidiano a muy corto plazo hubiera acabado con este idealismo.
Prefiero dejarlo así, pensando que pudo ser, que un futuro luminoso nos aguardaba y que mi torpeza dio al traste con todo. Ahora prefiero, como avestruz, sumergirme en los sueños, en el pasado, en el recuerdo de olores y sabores, colores y música.
Cada paso nos avisaba de lo inminente del final y lo advertíamos, cada gesto, cada palabra disonante nos marcaba momentos de la cuenta regresiva hasta que no hubo más o mejor decir, ahora un gran abismo se interpone e indica que no hay mañana.
Queda lo vivido entre ambos y queda lo por vivir cada uno por caminos divergentes que al pasar el tiempo se van haciendo más lejanos hasta desvanecerse completamente.
Todo ahora en manos del tiempo. Bien por nosotros en esos momentos y ahora bien por ella y ahora bien por mi.
Ahora mismo veo esta basta correspondencia y acabo de leer una de ellas.
No niego que me apachurra el corazón, me pregunto cuánto más pude hacer para que ese fuego no se apagara, sin embargo me respondo que lo cotidiano a muy corto plazo hubiera acabado con este idealismo.
Prefiero dejarlo así, pensando que pudo ser, que un futuro luminoso nos aguardaba y que mi torpeza dio al traste con todo. Ahora prefiero, como avestruz, sumergirme en los sueños, en el pasado, en el recuerdo de olores y sabores, colores y música.
Cada paso nos avisaba de lo inminente del final y lo advertíamos, cada gesto, cada palabra disonante nos marcaba momentos de la cuenta regresiva hasta que no hubo más o mejor decir, ahora un gran abismo se interpone e indica que no hay mañana.
Queda lo vivido entre ambos y queda lo por vivir cada uno por caminos divergentes que al pasar el tiempo se van haciendo más lejanos hasta desvanecerse completamente.
Todo ahora en manos del tiempo. Bien por nosotros en esos momentos y ahora bien por ella y ahora bien por mi.
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