24 feb 2014

Divago

Cómo sería mi vida, cómo serían nuestras vidas si el camino no fuera sólo para mi.
Algunos días, tal vez cuatro para contar un año de tu ausencia. Partiste en el momento preciso, sin reclamo, sin dolor, creo y en el silencio que te acompañó durante mucho tiempo.
Hay algo que llevo siempre y es el reclamo de tu silencio, del mutismo que asumiste y que jamás pude penetrar, Yo sé que en nuestro encuentro me dirás todo pero cuando estoy sólo, recorro las páginas de los días cuando tomaba tus manos frías, y miraba un cuerpo que no reconocía y palabra y mirada que no brotaron.
Te fuiste. Quién juzgará mi vida? No quiero que nadie cierre mis ojos, que queden estupefactos ante ese encuentro de la eternidad. Quizá esos ojos abiertos alcancen a mirarte. Hasta hoy, estoy aquí. Nuestra cita pudiera ser donde ondeaste tu pañuelo y recibiste mi libertad. PUDIERA SER!

NO ME CANSO

Mi memoria flaquea pero hay cosas que no olvidan. Olvido la letra del canto pero no la tonada, olvido el camino que recorrimos pero no tu cara ensimismada, tal vez temerosa por transitar por espacios peligrosos, tal vez agotada por el esfuerzo del canto y el acogedor y agobiante calor. Conduje en esta penumbra con el deseo de estar a solas contigo, y mágicamente, así se dio. Han pasado algunos días pero sigo repitiendo tu voz, hay espacio que te pertenece y vuelco mis ansias a ese recuerdo.
Te vi como nunca y sé ahora que los años curten, fortalecen, recrean a los grandes espíritus. No fue fácil superar la prueba y aunque la pasé de panzaso, ahora estoy aquí aguardando tus letras que han sido escasas, aguardando tu llegada, con la espectativa de recrearme en tu amor. Nada se repite, nada es igual y todo será mejor, seremos más viejos pero tal vez más abiertos a la vida.